miércoles, 11 de mayo de 2011

el amor de nuestros mayores

 
me preguntas, qué estoy pensando,
pues mira corazón,
estoy pensando que estoy muy emocionada porque me encanta la gente mayor y se que les debo mucho, 
entonces que menos que darles mi cariño siempre que pueda.

Crecí escuchando a una gran mujer que fue mi abuela Manuela, su bondad endulzó mi vida...aprendí tanto de ella.

Crecí con el buen humor de mi abuelo Enrique, reímos tanto juntos, nos quiso tanto...aprendí que el corazón no tiene límite alguno.

Crecí con las prisas y el carácter fuerte de mi abuela Anita, aprendiendo a leer el cariño entre las líneas duras de su rostro de campo...aprendí a usar mi orgullo y a estar segura de pisar fuerte gracias a ella.

Crecí escuchando cosillas de mi abuelo Pere, de como me quería y me mimaba...y le he tenido conmigo en abrazos de osos dulces y tiernos...aún no estando ha vivido siempre a mi lado. 
 con todo mi cariño, mil besos de los míos, de corasong

miércoles, 4 de mayo de 2011

quiero llenar mis labios con tus besos


 
El barco amarra,
llega mi marinero.
Me llama Lola,
aunque no es mi nombre,
me gusta de su boca.
Hace de mi una mujer distinta
Libre de broche
Libre de anclaje.

Mirada errante
me devora puro fuego,
mil diosas le entregan mi cuerpo.

A la luz de una trémula vela
come el rojo de mis labios,
embriagada bebo el deseo de los suyos,
efluvios veneno de amor
navegan por mis venas.

Manos que buscan el límite de la falda,
siguen fieles el sendero de la entrepierna,
dedos náufragos en busca del pubis salvavidas.

Me invade la impaciencia,
le acaricio y le beso,
le beso y acaricio
mientras me subo en la nube de su aliento.

Tierno me ladea la cabeza,
muerde sangrante el cuello
enhiestos los pezones
vierten pétalos de rosas rojas.

Su cuerpo poderoso sobre el mío
pieles satén se envuelven en una crisálida sedosa.
Penetra ola de mar
espuma brava
rompe en mi
furia cálida
llena mi vientre
de sueños colmados
en el vértice de mi ser.

De mil colores se abre el infinito
de carrera al universo.

Subo y vuelo,
bajo y nado
florezco en él y para él,
crece en mi y para mi
en un remanso de sudor intenso.

Nos evaporamos
en el respirar leve de los poros aterciopelados.

Entre el humo de los cigarrillos,
únicos y cómplices,
mi marinero me llama Lola.
Dormiré de nuevo en su abrazo,
solo despertaré cuando pierda de nuevo
el amarre de su cuerpo.